Con una participación de 35%, México desplazó a Brasil como el mayor importador de productos originarios de la Unión Europea (UE), expuso la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La porción de México en este indicador aumentó 8 puntos porcentuales, pasando de 27% a 35% entre el 2013 y el 2015.
México importa desde la Unión Europea una amplia gama de bienes intermedios, que son incorporados en bienes manufacturados finales que el país exporta a otros mercados, en particular a los Estados Unidos. Un ejemplo destacado de ello lo ofrece la industria automotriz, ya que en México existe una amplia presencia de fabricantes europeos instalados.
En las importaciones que América Latina y el Caribe realizan desde la Unión Europea, el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela) representó en el 2015 39% del total, un porcentaje de 6 puntos porcentuales menor que el registrado en el 2013.
“Ello refleja la profunda desaceleración económica que se ha producido en las principales economías de dicha agrupación en los últimos años”, dijo la Cepal.
En sentido contrario, los cinco países miembros del Mercosur realizaron exportaciones de bienes por un monto de 46,900 millones de dólares a la Unión Europea en el 2015, cifra que representa la mitad de los envíos de América Latina y el Caribe a ese mercado.
Por países, 36% de las exportaciones de la región a la Unión Europea provinieron del Brasil, seguido de México, con 20 por ciento. La participación de este último es similar a la que registraron los cuatro países miembros de la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) conjuntamente con los seis países de Centroamérica (incluido Panamá). La Cepal previó que en América Latina y el Caribe tenga lugar una disminución del déficit en el 2016, ya que se espera que la caída de las exportaciones de bienes sea menor que la de las importaciones. En la Unión Europea, por otra parte, se espera que la tendencia se mantenga, en un contexto de gradual incremento de los precios de los productos básicos y una modesta apreciación del euro.
En los últimos años, el comercio de América del Sur con la UE pasó de registrar continuos superávits a tener un balance cercano al equilibrio. En contraste, el comercio de México, Centroamérica y el Caribe con esa agrupación presenta un déficit persistente.
Fuente: El Economista
