Más vale prevenir: audita a tus proveedores

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CIUDAD DE MÉXICO —Por haber vendido a General Motors de México unos compresores para aire acondicionado a un valor más elevado, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) dio a conocer ayer que impuso una multa de 72 millones de pesos (mdp) a las empresas japonesas Mitsubishi Heavy Industries (MHI) y Denso Corporation (Denso).

Casos como estos ponen de manifiesto el grave riesgo económico y de negocios que corre una empresa cuando no se cerciora de contar con proveedores de bienes y servicios realmente confiables.

A propósito de este hecho, nos permitimos retomar un artículo publicado en la edición impresa de Manufactura, correspondiente al mes de junio, en el que especialistas en gestión empresarial hablan sobre la importancia de saber seleccionar a los proveedores adecuados. A continuación, presentamos un estracto.

El socio que casi arruina mi negocio

Tener un mal proveedor acarrea un riesgo reputacional y esta es una cuestión que debe ser cuidada permanentemente, pues hoy representa uno de los activos más valiosos de una compañía, afirma Mariela Pérez, académica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y especialista en riesgo reputacional.

La consultora Deloitte afirma que la reputación representa cerca de 25% del valor de una compañía.Según su Encuesta Mundial Reputación y Riesgo, el daño reputacional es la preocupación número uno de los ejecutivos de todo el mundo.

Multas y pérdidas económicas

Pero el costo económico también es muy grande y supone una pérdida de valor incluso superior. Un ejemplo es el caso de Mattel, en 2007, que tuvo que retirar 18 millones de juguetes en todo el mundo, pues su maquilador, en China, los fabricó con una pintura que contenía altos niveles de plomo.

automotorAdemás del costo logísti­co asociado al retiro de los productos, la empresa pagó una multa de más de 2 millones de dólares.

“Estos problemas se pueden evitar si tú auditas la actividad del proveedor”, opina Juan Rivera, socio y director general de la consultora Llorente y Cuenca en México, especializada en gestión de la reputación. “No se puede hacer un contrato sin revisar las cuestiones laborales, instalaciones y política ambiental de tu proveedor, pues lo que le pase te afecta”.

Los contratos con proveedores no son tan comunes en México, pues las empresas que siguen este tipo de prácticas son las públicas, que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), debido a la regulación a la que están sometidas, agrega Guillermo Larrea, responsable de la práctica de Anticorrupción y Cumplimiento del despacho Jones Day México.

 “En general, las empresas grandes son las que se dieron cuenta de la relevancia de hacer contratos y vigilar la labor de los proveedores antes de que caigan en un problema de este tipo”.

Por uno pagan todos

Los problemas en los que más caen las empresas por causa de sus proveedores están relacionados con el daño ambiental, cuestiones laborales y corrupción, afirma Larrea.

“Cuando el proveedor no es tan conocido, todo el daño cae en la empresa que contrata, como es Nike cuando se habló de que sus insumos eran fabricados con mano de obra infantil en Asia. Pero cuando ambas compañías son conocidas, como ICA y el gobierno en la línea 12, el daño reputacional es para ambas”, asegura Luis Álvarez, consultor en Imagen Corporativa en Blue Point.

En muchos casos, estos problemas que afectan a la imagen de las compañías pueden ser prevenidos o contenidos si la organización controla activamente su riesgo reputacional.

Por eso, los expertos consultados recomiendan vigilar de cerca las prácticas de los proveedores.

La relevancia de las certificaciones

Según Mariela Pérez, del ITESM, la relevancia de generar condiciones específicas con proveedores va en aumento, dado el impacto que puede tener en el valor de las empresas.

“Hemos visto compañías cuyo valor en el mercado cae 60% en una sesión. Éste es uno de los grandes indicadores de muchas empresas que necesitan más que nunca poner atención a este tema”, añade.

Esto se ha traducido en una proliferación de programas de certificación de proveedores, que sirven para medir las huellas de carbono y el uso de recursos en el ciclo de vida de sus productos.

Este proceso implica medir los ciclos de producción. Además de los clientes directos de una empresa, los consumidores, inversores, analistas y otros accionistas exigen cada vez más una información transparente sobre el ciclo completo, y no solo sobre las operaciones de la compañía, que representan en muchos de los casos no más de 20% de su actividad, comenta Pérez.

Fuente:Manufactura.mx