“(…) ninguna industria puede soportar un crecimiento compuesto tan elevado año con año si sus servicios y apoyos auxiliares como la logística, no reaccionan en la misma magnitud”.
Así lo previene el estudio E-commerce y la última milla, publicado recientemente por la consultora Daqua y la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), donde también se realiza un análisis de cinco vectores en los que los diversos actores involucrados en el comercio electrónico deben trabajar para mejorar esta actividad en el país.
De acuerdo con el último estudio de la Asociación de Internet, el comercio electrónico en México tuvo un valor en 2016 por 329 mil millones de pesos, reflejando un avance de 28.3% comparado con lo calculado un año antes y manteniendo el crecimiento a doble dígito de los últimos cinco años.
Pero al interior de esta creciente actividad se denota que tanto las empresas como los internautas aún tienen mucho que aprender.
El estudio de AMVO y Daqua reveló que el indicador de experiencia en e-commerce promedia 5.9 años en los ejecutivos y consumidores de esta industria en México, mientras que 45% de las empresas que componen este sector son medianas y pequeñas, al promediar no más de 500 envíos al mes y que el 47% de los envíos no alcanzan mil pesos de valor unitario.
“Los logísticos no sabemos bien a bien qué hacer y quizá nos falta enfoque en la discusión del tema”, se menciona en el estudio.
Los cinco vectores que analiza el estudio se encuentran directamente relacionados con la actividad de comercio electrónico. Estos son: Capital Humano y Talento, Procesos, Infraestructura, Tecnologías de la Información y Gestión de Gobierno, siendo estos dos últimos los que requieren de una mayor atención, según el consenso en la industria.
A partir de una encuesta realizada a 195 ejecutivos que trabajan en la industria del e-commerce y la logística en México, se delimitaron un total de 26 factores en los que tendrán que trabajar los actores relacionados, y que se derivan de los cinco vectores:
1. Un marco legal claro para prevenir el fraude, perseguir y castigar al responsable en el e-commerce.
2. Seguridad en el transporte y entrega de mercancías.
3. Homogeneidad de plataformas de intercambio de información y parámetros de comunicación entre los participantes del e-commerce.
4. Colaboración en la cadena completa del e-commerce.
5. Marco legal claro y aranceles que favorezcan el desarrollo internacional del e-commerce.
6. Disponibilidad de opciones de envío / entrega al cliente final a un costo competitivo.
7. Desarrollo de las capacidades específicas del sector logístico acorde a las necesidades del e-commerce.
8. Incentivos fiscales para promover el desarrollo del e-commerce en México.
9. Acceso de las empresas a las herramientas / tecnologías para desarrollar y crecer en el e-commerce.
10. Marco legal de Protección al consumidor específico para el e-commerce.
11. Disponibilidad de personal capacitado / capital humano en el e-commerce.
12. Conocimiento de los líderes en las empresas / directores generales en temas digitales y desarrollo del e-commerce.
13. Disponibilidad de indicadores que permitan medir la experiencia de compra en diferentes etapas del proceso logístico.
14. Capacidad de las empresas de documentar y transmitir el conocimiento técnico / tecnológico para el e-commerce.
15. Desarrollo de la capacidad de aceptar el pago al momento de entrega entre los operadores logísticos (Cash on Delivery).
16. Disponibilidad de sistemas para dar seguimiento / manejo a inventarios en tiempo real.
17. Disponibilidad de programas de estudio / capacitación en e-commerce.
18. Disponibilidad de sistemas para dar seguimiento a múltiples canales de venta y proveedores.
19. Disponibilidad de herramientas para analizar todas las fuentes de información que se tienen (proveedores, consumidores, etc.).
20. Eficiencia en los procesos aduanales.
21. Disponibilidad de financiamiento privado para el desarrollo del e-commerce en México.
22. Disponibilidad de financiamiento por parte del gobierno para el desarrollo del e-commerce en México.
23. Disponibilidad de opciones logísticas para el manejo de devolución de producto.
24. Disponibilidad de procesos para la planificación de la demanda.
25. Existencia de políticas y procesos para devolución de productos.
26. Planeación de la infraestructura para cubrir las necesidades del e-commerce en los próximos 3 años.
FUENTE: T21
