Tecnología no seduce al transporte marítimo

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A finales de 2018 el denominado ‘Tesla de los mares’ comenzará a transportar fertilizantes entre puertos de Noruega y será el primer barco de contenedores completamente eléctrico y autónomo del mundo, con cero emisiones. Se trata del buque Yara Birkeland, desarrollado por la compañía de agricultura Yara International y la empresa tecnológica Kongsberg Gruppen.

Con una capacidad de 120 contenedores de 20 pies (TEU), el barco será propulsado por baterías y estará preparado para navegar sin tripulación. Al no quemar combustibles fósiles, reducirá las emisiones de dióxido de carbono al eliminar 40 mil viajes por año de tractocamiones impulsados por diesel, cumpliendo con los objetivos de sostenibilidad de las Naciones Unidas y mejorando la seguridad vial y la congestión, asegura Kongsberg.

Si bien esto representa uno de los avances más destacados en la historia del transporte marítimo, refleja también que el uso de la tecnología se ha orientado a la eficiencia de los buques y no a la digitalización de procesos que faciliten el transporte de mercancías, cuya cuota de mercado mundial es del 90%, según datos de la Organización Marítima Internacional (OMI).

Y no es que las navieras no hayan volteado hacia la tecnología, sino que los esfuerzos se han centrado en hacer más grandes y eficientes los buques en aras de incrementar sus márgenes de rentabilidad con economías de escala en el transporte, pues desde la década de los 90 están sumergidas en un contexto de fusiones operativas y adquisiciones que les ha permitido su supervivencia, al superar la caída en el precio de los fletes y sobreoferta de espacios.

Si deseas conocer la opinión de los directivos de las empresas navieras, puedes consultar la edición de diciembre de la Revista T21, disponible en este enlace.

FUENTE: T21